La vida es ese pequeño rato que encuentro al día para escribir, esos minutos que me pertenecen al cien por cien sin que nadie me robe el tiempo. Últimamente son pocos. Poquísimos. La rutina se ha convertido en estar pendiente del teléfono todos los días de la semana y de hacer malabares para llegar a final de mes. Me he hecho mayor, pero dentro de mí sigue viviendo una niña pequeña que tiene un sueño claro: ser escritora. Y eso es un problema, porque mientras la vida me arrastra, yo nado a contracorriente aferrándome a la idea de que algún día pueda vivir de mi creatividad.
Vivo con miedo a perder mi forma característica de ver el mundo, esa manera que me hace enamorarme con una facilidad irrisoria hasta de las flores, esa manera que poca gente entiende pero que a mí me hace brillar. Nunca necesité apagar la luz de nadie, me bastó con ser yo misma.
El otro día leí una frase con la que me identifiqué como nunca: «Mientras yo llego a la vida de las personas para enseñarles lo que es el amor incondicional, ellas me enseñan que necesito amor propio». Y qué verdad. No entiendo la vida sin entregarme al 200%. Y aunque sé que no es malo, más de una vez he dado mi corazón a personas que no lo merecían. Y pese a todo, me he seguido quedando en sus vidas esperando que cambiaran.
Casi todas tenemos a esa amiga que parece haber firmado un contrato con la verdad absoluta y saben diferenciar quiénes saben y quiénes no. Obviamente ellas están en el lado de los eruditos. Y me da rabia, porque cuando hablo de mis sueños, de mis preocupaciones o simplemente comparto una nimiedad que me ha hecho feliz; no busco que me rebatan, solo busco que me quieran y me apoyen, porque me lo merezco. Muchas veces me he ido a casa con el corazón roto, como si la luz que tengo dentro se hubiera apagado.
Crecer es también aprender a darse cuenta que muchas persona, por mucho que las queramos, nos apagan. Es entender que el brillo no necesita de validaciones y que nunca debes pedir permiso para ser tú misma.
Quizá por eso dicen que hacerse mayor es sinónimo de estar cada vez más sola.
0 comentarios